Atención al titular (más tarde lo explico)
"Paga lo que quieras" [JÁ JÁ]
ALBERTO IMPLANTA UN CURIOSO SISTEMA DE COBRO EN LA DEGUSTACIÓN AITXE DEL CASCO VIEJO PARA CAPTAR PARROQUIANOS: EL PRECIO DE LA CONSUMICIÓN LO ESTABLECE EL CLIENTE
BILBAO
ALBERTO, sin ser un técnico en la materia, está todo el día ideando estrategias de marketing para captar nuevos clientes en la pequeña degustación que regenta en la calle Banco de España del Casco Viejo. La última ocurrencia que ha tenido es poner en plena calle un cartel chillón que reza: "No es broma, consume lo que quieras y paga lo que quieras". En el reverso se puede leer otro slogan muy parecido: "No es broma, pide lo que te apetezca y paga lo que creas". Desde que ha puesto en marcha esta curiosa campaña, hace ahora tres meses, ha notado un leve aumento de la recaudación. "La experiencia está siendo positiva", dice, aunque reconoce que "hay algún jeta que me paga 25 céntimos por un café con leche". [¿Perdona?, te recuerdo que tu campaña es PAGA LO QUE QUIERAS, hay cafés que no valen ni eso]
Pero los jetas son la excepción. La mayoría responde, primero con extrañeza, y luego, con generosidad. [Encima]
Alberto Martínez es un joven bilbaino de 35 años con un amplio recorrido en la hostelería. Pero el año pasado se quedó en paro. "Los empresarios de este sector solo contratan a extranjeros", se queja. Aun así, no se quedó de brazos cruzados. La inactividad laboral precipitó su decisión. "Tenía ganas de demostrarme a mí mismo que todo lo que he aprendido durante años me sirve para algo", cuenta. Así que se "tiró de cabeza" a coger la degustación Aitxe. "No está ubicada en un buen sitio, porque no hay bares en esta calle, pero por algo había que empezar", reflexiona.
IDEAS
Se puso al frente del establecimiento el 14 de julio del año pasado. Y unos meses después se dio cuenta de que sacar adelante un negocio en el mundo de la hostelería es más complicado de lo que parece. "Aquí, en Bilbao," comenta, "pagamos muchos impuestos, los alquileres son muy altos y la vida es muy cara". No le cuadraban los números. Por eso comenzó a pensar en fórmulas para atraer clientes y hacer más rentable el negocio. "Primero pensé en anunciar en la calle el café ZP, a 80 céntimos, pero me eché para atrás porque igual se pensaban que era del PSOE y me rompían la persiana un día", recuerda. [Llamando getas a los clientes no te va a ir mucho mejor e?]
Siguió dándole vueltas a la cabeza hasta que diseñó la campaña Paga lo que quieras. Las razones que esgrime para ponerla en marcha son bien sencillas: "La economía no está nada boyante y la gente necesita un desahogo, y si yo me hago un nuevo cliente con esta medida, pues mejor que mejor". Alberto reconoce que al principio hubo desconcierto. "Los clientes se pensaban que iba de cachondeo, que era una broma", dice. Pero él insistía: "Págueme lo que usted crea que debe pagar". La extrañeza se mantiene tres meses después. "Fíjese en la calle, muchos de los que pasan se creen que hay una cámara oculta".
PRECIOS
La mayoría de las personas que entran en el Aitxe paga el precio de referencia que les da Alberto "porque la gente se queda cortada, no sabe qué hacer". Unos dejan unos céntimos de más y otros se aprovechan de la buena fe de este joven hostelero. "Hay una jeta que viene al mediodía, pide un crianza y un zurito y me deja 60 céntimos, pero la siguiente vez que venga ya le voy a decir, que si quiere reírse de mí, que vaya a otro local".
[Este hombre acaba de conseguir lo que mucha gente pagaría PUBLICITY y lo único que ha hecho de momento es llamar a la gente: gente y cara dura. Porque no sólo ha aparecido en el Deia, también en EITB y Cuatro gracias a tonterías las justas. Lo único que va a conseguir es que la gente vaya, si, pero a sablarle]
Por contra, los hay generosos que le dejan "cinco euros por dos zuritos".
La clientela habitual de Alberto procede del edificio de enfrente, de el Aula de la Experiencia de la UPV. A media mañana, un numeroso grupo de estudiantes maduritos hace un alto en camino para coger fuerzas. "Estos pagan los precios habituales porque ya me conocen", comenta. Pero Alberto no deja de pensar en nuevos proyectos de marketing. Está pensando en regalar una ración de jamón de bellota por cada botella de vino de crianza que consuma una cuadrilla. "Porque si hay algo en Bilbao que no se ha perdido", comenta Alberto, "es que todo Dios le da al sople".
Después de leer esto se me ha abierto el apetito ¿Quién se apunta a unos pintxos? Presupuesto:2€
He buscado el vídeo en youtube pero no está, aquí os dejo el link del programa por si le interesa a alguien (minuto:25:30)
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